Lunatic Invasion - Totentanz
La Danza Macabra (o Totentanz) ha sido un tema reiterativo en el arte: estuvo presente ya en las obras de los pintores del siglo XIV, en las piezas de compositores de la talla de Liszt, y en las páginas de escritores como de la Barca, Goethe o Baudelaire; y, siempre, más allá de su representación, la Danza Macabra ha encarnado la fatalidad, el temor, lo trágico de la muerte, llevándonos al límite más complejo de esta experiencia. Es por esta razón que genera tanta expectativa un disco como el Totentanz (1995) de Lunatic Invasion, pues, con un nombre semejante, se espera, por lo menos, una música artística y de amplio alcance conceptual. Por suerte, eso es justamente lo que se encuentra aquí, materializado en una síntesis perfecta entre la densidad de los sonidos atmosféricos, el Doom, y el Melodic Death Metal.
Lunatic Invasion no es una banda corriente, por el contrario, su propuesta es estilizada, fértil, y es que, aunque recorre ciertos caminos hollados, también proyecta una mirada propia. En Totentanz se evidencia el cruce de influencias que tiene el grupo, todas ellas ajustadas a su criterio: las estructuras melódicas del Death Metal sueco (tipo Dark Tranquility), las cuales baja de punto para darles una textura más gruesa; el trabajo atmosférico de los teclados que, por momentos recuerda a Evol, pero que la banda utiliza en muchas direcciones: unas medievales ("Sturm"), otras épicas ("Deads Paradise"), y algunas más oscuras, enigmáticas ("The Haunted Palace"); y, por último, las líneas lentas del Doom Metal (a lo Dysanchely) que en varios temas se ponen en marcha, enriqueciéndose con cambios de tiempo y un doble bombo bien marcado ("Fallen Angel", "Dark Prayers").
Totentanz es el producto de músicos con visión sincrética: en él se hallan canciones rápidas y lentas, atmósferas sostenidas o de ejecución rápida, una variedad asombrosa de registros guturales, otras formas de vocalización limpia (coros operáticos, tonos altos, declamaciones), fragmentos de guitarra acústica bellísimos, intros e interludios con sonidos ambientales; en fin, Lunatic Invasion dota su álbum de una armonía musical inabarcable. Y algo similar ocurre en el plano lírico, pues las letras de la banda -compuestas alternativamente en alemán, inglés y latín- no se centran únicamente en el problema de la muerte, sino que se acercan a muchos otros asuntos imbricados como la vida espiritual, el deterioro de las ilusiones, o la dualidad entre el bien y el mal: "Dona nobis mortem / funde sanguinem nostrum / angelus furens in tenebrae (...)".
"Maja" Majewski, baterista de Lunatic Invasion fue, además, el propietario de Invasion Records, sello alemán que funcionó en los noventas, y a través del cual salió este álbum, amén de muchos otros pertenecientes a bandas tan importantes como Cryptopsy, Gates of Ishtar o Mithotyn. La presentación de Totentanz es adecuada, aunque simple: el diseño interior es en blanco y negro, y la portada carece del impacto que sí tiene la música y su concepto lírico. La versión que se muestra en la fotografía es la única que existe del disco hasta la fecha, por ende, está descatalogada desde hace tiempo; sin embargo, es una pieza que vale la pena conseguir, porque contiene un conjunto único y un par de canciones realmente memorables: "Haut" y "The Haunted Palace".
RANK: 8.5/10
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