Ursus - Hijos del Metal
En ocasiones no hace falta esforzarse por ofrecer una propuesta con algún viso de originalidad, pues en la escena pululan los "amantes" del sonido repetido, y ellos se encargan, con toda complacencia, de asegurar, incluso, a las más descaradas emulaciones, un éxito relativo. Si no fuese así, no podría explicarse que una banda como Ursus, que no cuenta con alguna particularidad frente al conjunto de miles de grupos que hay de Speed y Thrash Metal en el mundo, haya obtenido cierto reconocimiento. Es esto, o admitir que dentro del Metal predomina el espíritu involutivo y que, por lo tanto, obstinarse en una dinámica del movimiento, del despliegue hacia zonas que no se hayan trabajado aún, es una demanda que, no sólo no se tendrá en cuenta, sino que podría ser fácilmente señalada como contraria al sentido del Metal más "genuino".
En todo caso, hay quienes pensamos que la música muere si no se transforma, y que cien bandas tocando lo mismo, en el fondo, constituye una falsa vitalidad. Eso es lo que expresa Hijos del Metal (2008), álbum que, de entrada, con su solo nombre, ya nos coloca frente a un cliché y, después, a lo largo de sus 9 canciones, no hace otra cosa que presentarnos las líneas manidas que, desde los ochentas, viene "desarrollando" el Metal en los géneros antes referidos. De esta forma, todo el control instrumental, que ciertamente existe, en especial por parte del guitarrista, no se destina a la creación franca, sino a modificar sobre la base de lo existente: los punteos, largos y pronunciados, son de urdimbre clásica, y los riffeos alternativamente parecen calcados de Iron Maiden, Sodom y otras agrupaciones reconocidas.
Ahora bien, si este fuese el problema, la decepción no sería importante, pues, a fin de cuentas, detrás de las grandes bandas siempre hay un cohorte de plagios; pero, es que, además, el vocalista del grupo hace más deshonroso el disco, vertiendo sobre él gritos, salidas desgarradas, tonos altos y roncos, todo sin ninguna clase de técnica o, al menos, un sentimiento que pueda unificar. Más aun, ni siquiera en las letras, Ursus llega a despuntar un poco: si no se enfocan en la resistencia social, se limitan a traslucir la vida de los metaleros, pero esto sin verdadera propiedad, con versos que no desarrollan ideas, sino que se reducen a señalar a la policía, al "tío Sam" o a los conquistadores como enemigos de la libertad: ¿en verdad hay tan poco para hablar en el mundo, incluso, en relación con estos mismos asuntos?
Hijos del Metal fue lanzado por el sello Arctos Records, y, aunque fue prensado en Estados Unidos, es, según afirma la banda, material "orgullosamente colombiano". La portada, como se ve, corresponde a una fotografía que no termina de convencer a los que buscan también una propuesta en el arte de los discos; cumplirá, tal vez, con los propósitos de correlatar la simpleza lírica, pero se encuentra lejos de suscitar una recepción estética. El cuadernillo, finalmente, ilustrado de forma básica, contiene las letras de las canciones y los agradecimientos, y cuenta con la particularidad de haber sido impreso en papel plastificado y de ser un poco más pequeño que el tamaño convencional.
RANK: 3/10
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