Occisor - La Edad del Fierro
Cuando se escucha por primera vez La Edad del Fierro (1999) resulta inevitable asociar su sonido con el de la banda mexicana Brujería. Sin embargo, esta es una impresión que se va diluyendo, pues Occisor expone en las 10 canciones que conforman su disco, una música también enérgica y ruda, pero con matices temáticos y estructurales propios. Bien puede observarse que se trata de una agrupación que propone una búsqueda personal en el modo como aborda en sus letras diferentes problemáticas concernientes al conflicto social que enfrenta nuestro país desde hace años y, por otra parte, en su estilo musical, que fusiona el Death Metal más primitivo con ciertos efectos sonoros, especialmente en las guitarras, que le otorgan un tono casi apocalíptico, y que muestran una banda enfocada también en la exploración.
No hay canciones rápidas en La Edad del Fierro, todas mantienen ritmos medios, o combinan éstos con pasajes más lentos; pero, a pesar de ello, estamos frente a un álbum pesado, fuerte, básicamente porque la potencia que no se despliega en la velocidad encuentra nuevas vías de desarrollo, por ejemplo, en la distorsión brutal de las guitarras, en el doble-bombo eterno que maneja Rocky, en la profunda gutural de Carlos y, obviamente, en la visceralidad de las letras, pues Occisor es una especie de conciencia que no teme expresar tal y como se muestran en la realidad todas las miserias, depravaciones y violencia: en "Corte Franela" exhibe el pensamiento sicarial, en "Niño Bóxer" expone la indigencia que hace mella en nuestras calles, en "Sofisma" descorre las cortinas de la prostitución, y en "Muñeco" advierte sobre las conductas pedofílicas.
Todo Occisor es como un bloque que nos somete con su pesadez, con su firmeza; y es que La Edad del Fierro se revela siempre robusto: en el sonido del bajo, bastante presente en todos los temas; en los riffs de las guitarras, que a veces se aventuran por rutas inusuales (como en "Convivir"); e, incluso, en los solos que, por regla, suben su sonido frente a la armonía general y, dotándose de efectos, establecen exploraciones bien logradas, casi futuristas o industriales. Hay que oír por ejemplo cómo la densidad de los primeros segundos de "Niño Bóxer" contrasta después con un flanger extendido, y cómo este experimento se enlaza con los juegos de la batería, algunas líneas bajas de guitarra y la voz. Sin duda, Occisor es una banda que se apega al sonido más fuerte del Death Metal, sin temer aplicar sobre él elementos alternativos.
En la fotografía se muestra la primera (y al parecer única) edición de La Edad del Fierro, lanzada de manera mancomunada por Viuda Negra Music y Debelis Records en 1999; debe recordarse que esta misma asociación prensó la edición original del Vité de Gaias Pendulum y el disco The Arrival de Pagan Fears, ambos en el año 2000. La presentación del álbum de Occisor es cuidada, el cuadernillo contiene las letras de las canciones, una gran foto de la banda en vivo (al parecer en Rock al Parque), agradecimientos y demás. El arte de la portada sólo se completa cuando se abre el booklet, y fue diseño de Carlos Vacca (vocalista de la banda): hay una especie de terminación de la columna vertebral en un revólver y la fusión de dos seres (uno muerto y otro mecanizado) a través de este objeto; un buen símbolo de lo interiorizada que tenemos en Colombia la violencia.
RANK: 8/10
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