Cephalic Carnage - Exploiting Dysfunction
Exploiting Dysfunction causó más incomprensión que entendimiento cuando apareció y, en cierta medida, hoy continúa siendo un título extravagante para muchos. La situación la explica el hecho de que este álbum llevara el Grind a un nivel acaso vislumbrado solo por los propios Cephalic Carnage en su debut Conforming to Abnormality (1998). Hablamos de una obra experimental que se despliega de forma aparentemente anárquica y, por consiguiente, exige sucesivos acercamientos para entender o, al menos, reconocer que ese flujo impredecible, anormal e inconexo, en realidad responde a un nuevo sentido de la disposición y que cada elemento está acondicionado de ese modo por la banda, no para aminorar la extrema densidad del Grind, sino para multiplicarla a través de lo aplastante que resulta para una mente promedio el exponerse a la imponencia de lo excéntrico.
El álbum supera la hora, lo cual ya es algo inusual en el género, y exhibe una disparidad tal en la duración de los temas que algunos alcanzan apenas los 6 o 10 segundos, mientras que otros se extienden hasta los 15 minutos. Por su parte, la música se alimenta de una ilimitada fuente de recursos: una mezcla cargada de bajos, riffs vertiginosos y distorsionados, samples futuristas, numerosos efectos de guitarra, frecuencias disonantes o espaciales, pequeños fragmentos computarizados y ruidosos, imprevisibles cortes de jazz, modulaciones variadísimas de voz, cambios violentos de ritmo y una ejecución francamente asombrosa de los platillos. Con semejante inventario es realmente una virtud de Cephalic Carnage que su fuerza unifique todo y no permita nunca alimentar la idea de estar frente a un proyecto al que le interesa poner en riesgo un solo grado de su pesadez.
El nombre del disco, Exploiting Dysfunction, no es fortuito en lo absoluto. Basta revisar cómo se llaman los otros álbumes de Cephalic Carnage para comprender cuánto le interesa el tema de lo extraño al grupo y con qué persistencia lo ha trabajado. Así pues, las letras giran sobre la manera en la que lo disfuncional se normaliza por medio de los discursos (mediáticos, cívicos o políticos) estableciendo una ampliación contrahecha de lo "normal". En el disco aparece reiterativamente el tema de las drogas (sus efectos y defensa frente a la censura), la violencia infantil, la vida alienígena o los tratamientos psiquiátricos. La composición siempre sigue un tono coloquial y suele alimentarse de otros tópicos como las patologías o lo anatómico, además de generar intertextos impresionantes con otras fuentes, como sucede con los diálogos de la película Gummo que aparecen en el tema homónimo del álbum.
Exploiting Dysfunction fue grabado y mezclado bajo la dirección de Keith Falgout (productor de bandas como Master o Soilent Green) y él mismo participó junto a Kirk Windstein (de Crowbar) como vocalista invitado en la grabación. El arte corrió por cuenta de Wes Benscoter (diseñador de Hypocrisy, Broken Hope, Autopsy, Incantation), siendo formidable el resultado en tanto correlato de lo que es Cephalic Carnage a nivel conceptual. La edición original del CD fue realizada por el sello norteamericano Relapse Records, encargado desde entonces de todos los full-length de la banda. Debe aclararse que el track 6, "Gracias" (un largo enlistado de bandas y personajes a los que Cephalic Carnage hace homenaje), y el 16 (una semblanza del activista de la marihuana Tom Forcade), no aparecen en la contraportada. Por último, después del corte 16 el CD sigue rodando en silencio hasta la pista 66 en la que se escucha la última irreverencia del grupo.
CEPHALIC CARNAGE. Exploiting Dysfunction. Relapse Records. 2000.
RANK: 9.5/10
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