Wicked Innocence - Worship
Mientras organizaba los apuntes para reseñar este disco comprendí que la mejor forma de hacerlo consiste en asumirlo como una propuesta surrealista, y no sólo porque su sentido lírico adeude mucho a ese movimiento, sino porque la música misma de Wicked Innocence constituye una resistencia al concepto de racionalidad, una transgresión de las estructuras tradicionales. No sería difícil que otros pudiesen considerarlo peyorativamente, y quizá esa fue la interpretación que prevaleció cuando Worship apareció en 1999 y fue considerado una experimentación desafortunada, una vacilación del carácter y, en fin, hasta una burla; pero, en buena medida esta clase de juicios sólo los emiten quienes están incapacitados para pensar la música desde fórmulas distintas a las canónicas, y valoran como negativo todo aquello que no encaja dentro de sus paradigmas.
Libres de esa ceguera, otros pueden extrañarse en un primer momento por lo que muestra Worship, pero luego entender que, en realidad, se trata de un enclave de muchas vibraciones, desde las cuales surge una propuesta compleja que exige de nosotros dar lugar, primero, a cada uno de sus elementos y, luego, concebirlos en conjunto. Por supuesto, hay en el disco una base que es la del Death Metal, pero sobre ella, dispersos y en aparente desorden, surgen otros numerosos recursos: la intervención de un vocalista limpio (de onda muy alternativa -tipo A Perfect Circle-), una densidad apabullante (en especial en las secciones lentas), fragmentos de extrema velocidad, constantes visos progresivos y hasta jazzistas, espacios tranquilos en los que llegan a incursionar incluso arpegios y flautas, acoples de hasta 4 voces a un mismo tiempo, etcétera.
Así como proponían los surrealistas, Wicked Innocence presenta una especie de caos a organizar, pero no para reducirlo a la razón, sino para expandir la noción de pensamiento. El resultado es que Worship supera continuamente los límites de aquello que llamaríamos la naturaleza del Death Metal: en él hay una transgresión de la gutural tradicional, del tratamiento rítmico, de la velocidad, del trabajo percusivo (que llega a protagonizar solos y salidas inauditas) y del concepto mismo de la pesadez, que no se encuentra aquí en la velocidad o la excesiva distorsión, sino más bien, en la presencia abigarrada de tantos elementos paralelos. Por demás, hasta las letras de Wicked Innocence reflejan ya un sentido abstracto y de exigencia interpretativa, pues abarcan transversalmente cuestiones relacionadas con historia, religión, cosmología, psicología, entre otros.
La única versión que existe de Worship fue prensada en 1999 por el pequeño sello italiano Headfucker Records (quien también ha editado bandas como Natron y Cephalic Carnage, esto es, proyectos de vanguardia dentro de la música extrema). La portada que puede observarse en la fotografía sólo es parte de un arte más completo y simbólico que se desprende al desdoblar el cuadernillo; se trata, como el resto de la propuesta, de una imagen surrealista combinada con algunos elementos futuristas. El booklet contiene, además, las letras de las canciones, los agradecimientos y la información de la grabación; también se incluyó originalmente junto al CD un inserto publicitario en el que se anunciaban algunas producciones de bandas firmadas por la Headfucker: Retaliation, Deprecated, Catheter, Noisear, Sanity's Dawn y Disgorge.
RANK: 9/10
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