Ancient Rites - Blasfemia Eternal
Voy a prescindir de cualquier apunte histórico que pudiese precisar el sentido y alcance que tuvo este disco en su momento, presumiendo que, sin importar qué dijese, sería imposible evitar la disparidad de comentarios. Algunos, en efecto, lo han asumido de modo peyorativo, señalando que carece de pretensiones, mientras que otros -a quienes desearía sumarme yo-, lo consideran una pieza de culto con rasgos enteramente privativos. La diferencia de opiniones parece, con todo, no afectar en nada la relevancia del álbum que, a veinte años de su lanzamiento (1996), continúa sirviendo de muestrario de lo que fue el Black Metal de los noventas y, asimismo, del dinamismo que este género puede alcanzar a pesar de la obstinación con la que lo conciben los puristas anclados en la reiteración de muletillas.
Blasfemia Eternal es una pieza con una producción y estilo jamás emulados: desde la particular hilación de riffs producida por Bart Vandereycken hasta la atmósfera apenas insinuada de los teclados; desde la sutileza de Gunther Theys en los desgarros hasta la intuitiva diagramación de la batería; todo el álbum exhala un espíritu incomparable. De Ancient Rites surge siempre una oscuridad natural, reafirmada y estilizada con el brillo creador de sus músicos, cada uno de los cuales se destaca en la grabación: Van Cortenberg por permanecer fuera de la linealidad y darle a la batería presencia, no simple velocidad; Vandereycken por la cantidad impresionante de solos bien ejecutados y el poco temor que muestra a beber en las aguas de otros géneros; y Theys por el sostenimiento del bajo y la cantidad abismal de modulaciones que alcanza con su voz.
Los 10 temas de Blasfemia Eternal son harto diferenciables, y sobre cada uno de ellos se ha aplicado el sello de la banda: el gran inicio acústico del tema homónimo, el ritmo atronante de "Total Misanthropia", los detalles de flauta en "Saeftinge", etcétera. Por si fuese poco, Ancient Rites cuenta con la facilidad de capturar en apenas unos versos el espíritu de aquello que desea transmitir temáticamente y darle el sesgo lírico. Todo parece encajar, por ello, en sus letras, aun cuando parezca que de tópico a tópico hay una distancia insalvable: el rechazo a la humanidad, la mujer como rebelión, las paráfrasis poéticas de Baudelaire, la remembranza de ciudades perdidas, la historia de las grandes civilizaciones, la inquisición, etcétera. Y a cada paso, parece Ancient Rites sentar las diferencias entre quienes componen en el aire y quienes tienen la base sólida de una cultura.
De Blasfemia Eternal existen varias versiones: la que se muestra en la fotografía corresponde a la primera edición prensada en CD por la Mascot Records en 1996; pero, además, es posible encontrar un TAPE lanzado ese mismo año en Polonia por la Morbid Noizz Productions, y un par de reediciones en LP prensadas como bootleg en 2012. Como se observa, el arte del álbum es bastante oscuro y ya da pistas sobre su contenido musical; y algo semejante ocurre con el diseño del cuadernillo y las fotografías que allí se presentan, todas muy propias del ambiente de los noventas. Hay algo interesante que se presenta en el booklet y tiene que ver con una especie de sinópsis explicativa con la que Gunther Theys indica las razones que llevaron a la banda a escribir las letras de cada canción.
RANK: 10/10
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