Masacre - Requiem
En una entrevista concedida por Alex Oquendo a Metallerium hace algunos años el líder de Masacre explicaba que su disco Requiem (1991) constituía el punto de partida para el reconocimiento del trabajo que la banda ha realizado desde 1988. Esta afirmación empalma perfectamente con la apreciación que tiene la mayoría de seguidores del grupo, la cual coincide en que dicho álbum encarna, por un lado, la etapa más memorable de Masacre a nivel musical y, por otro, guarda una importancia fundamental en el sentido de haber abierto las puertas del Metal nacional hacia el mundo. Más allá de cualquier discusión sobre la calidad y alcances de cada pieza en la discografía de esta banda, Requiem figurará siempre como una especie de efigie, sin la cual no sería posible la existencia de ninguno de los otros títulos.
Lo que hace tan especial este disco es que ha forjado su historia como lo hacen todos los clásicos, es decir, resistiendo el paso del tiempo y mostrando que aún en la actualidad tiene una personalidad enteramente propia. Requiem reúne en sus 9 canciones el sentimiento originario del Death Metal, pero lo matiza de una manera particular: primero, gracias a la distintiva voz de Oquendo (quien entremezcla salvajemente las guturales y los desgarros); segundo, por el trabajo de guitarras (instintivas y poco claras a veces, pero llenas de agresividad y fuerza) y; tercero, debido al carácter prístino de la grabación que no deja de tener sus marcas crudas y limitadas. Masacre es una banda que propuso aquí una música en la que predomina la marcha a fondo, pero que no deja de ofrecer también fragmentos lentos, fértiles para la ejecución del bajo, los riffs apaciguados y las voces acentuadas.
Es obvio que el otro gran rasgo que particulariza a Requiem -así como a los otros discos de Masacre- es el enfoque temático de sus letras, dispuestas casi en su totalidad a describir el conflicto interno de Colombia. Los títulos de sus canciones ("Brutales Masacres", "Tiempos de Guerra", "Conflicto de Paz") subrayan por sí mismos esta dirección que no es una exploración superficial, sino una denuncia abierta y profunda de la muerte, la injusticia y el sinsabor que se respira en nuestro país. De este modo, música y líricas forman una unidad indisoluble porque ambas transmiten un mismo mensaje: energía, resistencia, turbación. Más primitivo que cualquiera de los otros álbumes de Masacre, este, sin embargo, al ser el primero, tiene en su potencia más pura la fórmula que ha desarrollado desde entonces la banda: rapidez, pesadez y disidencia política.
La edición original de Requiem como es ampliamente conocido fue prensada por la Osmose Productions en 1991, tanto en formato LP como CD. Existe, además, una versión de 1992 en TAPE realizada por el sello polaco MG Records. El disco no volvió a reeditarse hasta que la misma Masacre lanzó en el 2004 su versión en DIGIPACK, limitada a 1000 copias numeradas, agregando como bonus los 3 temas del EP Ola de Violencia (1991). Recientemente apareció un Bootleg que imita la edición antigua de la Osmose, hecho que determinó a la banda a editar de nuevo su DIGIPACK. Esta última versión es justamente la que se ve en la fotografía, la cual, al parecer, estuvo limitada a 300 copias no numeradas; no se incluye aquí cuadernillo, sólo un GATEFOLD que muestra las dos portadas (del disco y EP), los agradecimientos y fotos de la banda.
RANK: 9/10
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