Lugubrum - De Vette Cuecken

by - julio 10, 2013


Lugubrum es el ejemplo perfecto de cómo el Black Metal, sin renunciar a su crudeza y oscuridad, puede alcanzar un carácter vanguardista. Formada en 1992, esta agrupación procedente de Bélgica tiene una historia bien interesante a razón de los cambios que ha experimentado en su percepción musical, una evolución que la ha llevado a trascender el sentido primario del Black Metal, y a profundizar en una dirección en la que, por un lado, los componentes tradicionales del género asumen connotaciones emergentes y, por otro, se vinculan a su sonido nuevos recursos, pero no para construir un ambiente de simple experimentación, sino para crear lo que podría llamarse un sincretismo estético, es decir, un espacio en el que conviven elementos que, por su naturaleza, llegaría a pensarse que son incompatibles.

Si tomamos como punto de referencia su disco de 2004, De Vette Cuecken, comprobaremos pronto lo dicho ya que, en él, Lugubrum consiguió, primero, hacer algo distinto con lo habitual (guitarras, batería, voces): elaboró riffs de guitarra disonantes, entrecortados, con líneas líderes ruidosas y extrañas, y unas armonías distorsionadas, viscerales; ejecutó una batería marcada: fría en los fragmentos lentos, enérgica en las aceleraciones, pero siempre versátil, capaz de explotar al máximo todo (en especial los platillos) con cambios y figuras formidables; y, finalmente, consiguió que la voz de Barditus adquiriera un tono intermedio entre lo grotesco y lo ritualístico, punto que no desentona con el clima en general del disco que es destemplado, crudo, lleno de confusión y sombra.

Pero, además, de esto, De Vette Cuecken es un álbum en el que Lugubrum realiza mezclas bastante irrevenrentes: agrega en varias de sus canciones líneas de banjo y mandolina, algo que da al sonido una atmósfera entre tranquila y tenebrosa; en otras incluye también ejecuciones de un saxofón cuyas notas tienen un carácter envolvente y violento, suficiente para atraparnos y lanzarnos al centro mismo del caos, de la estridencia de "In Den Ghoot by Kaerschlight" o de la misma "De Vette Curcken". Incluso, en lo que respecta a las líricas, Lugubrum se muestra bien particular, alejándose del manido vaso satanista, y yéndose de frente a 2 mundos totalmente diferente: el de los tótems y el de la decadencia interior: "Attractive... to the flies / I am their mephitic trough / hairy ferrymen between two realities / a styx of digestive liquid".

De De Vette Cuecken existen 2 ediciones: la que observamos en la fotografía corresponde a la versión en CD prensada por el sello Blood, Fire, Death, con el apoyo de Red Stream Records. La presentación del disco es bastante profesional, aunque el diseño interior del cuadernillo carece del atractivo de la portada, la cual fue diseñada por el propio Midgaars (guitarrista de la banda), resultando, no sólo ser congruente con la música de Lugubrum, sino, también, superar todo el trabajo artístico hecho anteriormente para sus discos. La edición en LP del álbum fue lanzada por Iron Pegasus Records el mismo 2004. Una pieza recomendada que no defraudará ni a los que gustan del Black Metal crudo, ni a quienes aprecian las exploraciones de vanguardia.

LUGUBRUM. De Vette Cuecken. Blood, Fire, Death Records. 2004.
RANK: 9/10

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