Si Sadistic Drive hubiese aparecido en los primeros años de los noventas, con toda seguridad haría parte de aquel cohorte que hizo gloriosa la temprana escena del Death Metal finlandés y compartiría un estatus de culto junto a Funebre, Xysma, Demigod o Purtenance, bandas con las cuales guarda una relación de identidad. Por ser un grupo más reciente, su condición necesariamente es menos ilustre, si bien constituye un epígono grandilocuente debido al empalme que exhiben sus músicos y, sobre todo, al hecho de que, sin haber presenciado directamente la eclosión del género, su inteligencia le permite aprovechar los elementos emblemáticos de aquella época para elaborar variaciones novedosas y presentarlas en un álbum compacto que, además, por su tipo de grabación, se encuentra ajeno a los sonidos sintéticos o excesivamente depurados.

Anthropophagy es un disco de alta intensidad; posee la fuerza y la rapidez del Death Metal, atildadas con los pasajes melódicos (y siempre oscuros) típicos de Finlandia. Sus canciones no suelen ser extensas y siempre transitan velocidades medias o rápidas, aunque hay en ellas tantos cortes y cambios de ritmo que la propuesta no deja de ser en ningún momento fértil. Debe destacarse el trabajo vocal de Niklas Heiskanen que modula sus guturales de muchas maneras (a veces, incluso, en paralelo), imprimiendo dinamismo en este aspecto y; asimismo, la ejecución del bajo que, dada su extrema distorsión, apoya la parte instrumental como si se tratara de una tercera guitarra. Por otra parte, en varios momentos del álbum, Sadistic Drive incluye intros o extractos de películas que acompañan efectivamente la música y orientan sobre el contenido lírico que maneja la agrupación.

Es positivo en Anthropophagy que Jesse Räsänen no abuse del doble bombo, sino que encare su función de forma creativa, poniéndose a tono con los cambios que constantemente proponen las guitarras o ambientando el espacio en el que los solos ganan terreno. En lo que concierne al plano temático, Sadistic Drive es también una banda retrospectiva: sus letras giran alrededor de tópicos que resultan ya distintivos del Death Metal como el asesinato, los problemas mentales, las deformaciones o lo grotesco. Para emparejarse con lo musical, los textos contienen unas pocas estrofas, de suerte que más que el desarrollo de una idea, la banda propone la construcción de imágenes concretas: un ahorcado en la habitación de un hotel, la escena de un accidente de tránsito, un hombre disparando a otros indiscriminadamente, etcétera.

Anthropophagy fue grabado durante marzo y abril de 2020 (es decir, en medio de la pandemia mundial por el COVID); la mezcla fue hecha por el guitarrista Jusa Janhonen y la portada del álbum la elaboró Dayan Weller. Como puede observarse, el arte (tanto en lo que concierne al cover-art como a los dibujos interiores) recupera toda la imaginería recurrente en los tapes de Metal a inicios de los noventas. La disquera encargada del prensaje fue La Caverna Records, establecida en Bogotá, la cual editó 300 copias enumeradas del álbum y se encargó, asimismo, de su edición digital en Bandcamp. Debe destacarse, por último, que este mismo sello editó un año antes la primera Demo de Sadistic Drive (titulada Street Cannibal Gluttony) junto a un ensayo de 2019 en una versión en CD igualmente limitada a 300 copias.