Black Candle - Nightfire
Hablar de Black Candle resulta interesante no tanto por la calidad de su música, a todos ojos discreta, sino, ante todo, por su lugar de procedencia. En efecto, no es mucho lo que usualmente se conoce acerca de la escena de Luxemburgo, de suerte que el saber que la banda es originaria de este pequeño país y que, además, es una de las primeras en haber practicado Black Metal allí junto a grupos como Proelium y Donkelheet, genera inquietud. Lastimosamente, como se dijo, ese interés se diluye una vez se conoce la música de la banda que no llega a tener algo que permita desligarla del tronco que la hermana con cientos de miles de bandas alrededor del mundo y que, en su caso particular, la aproxima en sus pasajes más lentos a Carpathian Forest y en sus descuelgues de velocidad a Dark Funeral.
Formada en 1994, Black Candle editó al cierre de esa década la obra Nightfire (1999), considerada por algunos como un EP, debido a su corta duración -apenas un poco más de 28 minutos-, y por otros como un CD, formato más acorde al número de sus canciones -un total de 9-. Con todo, ya sea que se tome como lo primero o como lo segundo, Nightfire no llega a desplegar algo distinto a un Black Metal de las más pura línea europea de los noventas, con riffs básicos y sostenidos, una velocidad predominantemente media y los tradicionales desgarros vocales; un sonido que filtrado por una grabación también austera, no puede apartarse de lo primitivo y, curiosamente, tampoco de lo delgado, acaso producto de la simplicidad de las guitarras o la linealidad que sigue la batería en cualquiera de los tiempos que maneja.
Por momentos, es verdad, Black Candle acentúa bien sus tiempos y gana vitalidad con el hecho de que se alternen las vocales tres miembros de la banda, pero todo termina regresando a la sobriedad: las guitarras, porque sus lances de solos son de exigencia mínima (como en "A Strange Vision" o "The Battle Stone"); las vocales, porque aun ejecutadas con corrección no llegan a tener una modulación que las singularice; y los pasajes que abren y cierran el disco, puesto que contienen los mismos elementos de muchos otros álbumes: guitarras limpias, sonido de lluvia o de rituales. Acaso sea el hecho de que algunas canciones estén compuestas en luxemburgués lo que dé a Nightfire esa pequeña distinción que, aun mínima, mantiene el interés de quienes se acercan al álbum alertados por el contexto al que antes nos referimos.
Nightfire fue grabado en apenas 2 días a finales de agosto de 1998, y un año más tarde fue lanzado por el pequeño sello alemán Pagan Winter Productions, propiedad de Machosias (baterista de Old Pagan y, por supuesto, de Pagan Winter). Como muchas otras piezas contemporáneas del underground, el diseño del álbum es muy sencillo: su cuadernillo es de apenas una hoja y no incluye las letras de las canciones -cuyo enfoque, sin embargo, por deducción puede vincularse a la exaltación de la oscuridad propia de la naturaleza y el ser humano-. Lo que sí se encuentra en el booklet es una lista considerable de agradecimientos a otras bandas, entre las que cabe destacar a Enslaved y Mysticum. A la fecha solo existe una reedición de este título realizada en TAPE por el sello Terror Cult Productions.
RANK: 7/10
0 comentarios